domingo, 21 de diciembre de 2014

Investigación de La Otra Trama en Córdoba: Los perros del Narco

A continuación, una breve presentación del especial multimedia que Fopea presenta en el marco de La Otra Trama. 




En la misma mesa donde se corta la droga, la Policía se encuentra con los cuadernos con las tareas escolares a medio hacer. Un chico consigue su primer trabajo: salir a segundear. Segundear, verbo, acción de acompañar a otro que vende, lleva o trae drogas. Otro tiene 18 y ya es un veterano, que toma desde los 11, vende desde los 14 y ahora, que es padre, se quiere retirar. Un transa, un cura, militantes barriales, los médicos que ven los abusos de drogas. Con voces y datos diversos, que no se quedan en el relato policial/judicial, “Los perros del narco”, especial multimedia realizado por los periodistas Edgardo Litvinoff, Juan Carlos Simo, Juan Manuel González y Ary Garbovetzky y editado por el Foro de Periodismo Argentino (Fopea), narra cómo es crecer en economías dominadas por las drogas en Córdoba.

El trabajo de investigación, publicado en investigacionesfopea.com y abierto para su publicación en medios de todo el país, es parte de la iniciativa La Otra Trama.

En la ciudad de Córdoba hay 23 barrios con calles controladas por las redes de tráfico y microtráfico de drogas, es decir que hay un alto nivel de tráfico, con pocos y pequeños dealers, pero organizados, con un control del espacio público y de la violencia.  A su vez, hay otros 40 sectores que tienen negocios narcos en transición o aún desorganizados. El año pasado, el 81 por ciento de los homicidios cometidos en la ciudad se produjeron en alguno de estos 60 barrios, donde la droga parece actuar como un “permisor delictivo”, un desinhibidor de las soluciones violentas a los conflictos.

La cantidad de menores con medidas judiciales en la mayoría de esos 23 barrios con actividad narco encendió señales de alerta en el Gobierno provincial: de los 1.793 adolescentes con medidas judiciales en la ciudad de Córdoba, casi el 40 por ciento (701) vive en un barrio donde el narcomenudeo está presente de manera organizada o en vías de hacerlo. Si se suman los menores que viven en barrios aledaños, de fronteras confusas, ese porcentaje crece.

La preocupación de las autoridades es una constante: está presente en quienes trabajan en la prevención, en la rehabilitación de adictos y con los chicos judicializados.

–Los narcos van comprando casas contiguas para hacer cocinas, se comunican por los patios traseros. Muchos chicos empiezan en esos lugares armando los paquetitos. Les pagan con droga, para que a su vez ellos la vendan– cuentan, desde los barrios más afectados.

En los territorios de la actividad narco hay un código propio. “Cambiaron las reglas del barrio. Y eso cambia las formas en las que uno puede acercarse a los chicos”, se lamenta una militante. En esas economías, en esos juegos con reglas propias, ya sea por una acción deliberada o por omisión, se crea la zona liberada para que funcione el sistema, con complicidad o aceptación pasiva de las fuerzas de seguridad.

Las familias de los narcos conocidos son intocables: todos las conocen, pero nadie se mete. Son, además, grandes sostenes de las economías hogareñas y no hay nadie que no les deba un favor: plata para un remedio, juguetes para los chicos, camisetas para el equipo de fútbol... Uno de ellos es famoso porque en su cumpleaños corta la calle e instala grupos de cuarteto para la fiesta. Todo el barrio está invitado. Se come, se toma, se fuma.

Un cura que tiene un taller de herrería para construir una alternativa a la inclusión económica que ofrecen los narcos, describe así el contexto: “El narcotráfico ha ido ocupando un espacio muy fuerte. Los narcos grandes buscan a uno para que venda, a otro para que guarde, otro que cuida la cuadra (tero)... y a la gente que no pueden captar le van haciendo favores para captarla: le pagan la fiestita de 15 a la chica, les instalan un bañito…Pasó de ser simplemente un mercado a ser una red social”.


Cómo citar este trabajo

Los medios que deseen publicar el contenido pueden hacerlo con la condición de comunicar su voluntad a fopea@fopea.org y atribuir fuente del siguiente modo:

La versión original de este trabajo está disponible en www.investigacionesfopea.com. Fue realizada por Ary Garbovetzky, Juan Manuel González, Edgardo Litvinoff y Juan Simo gracias al financiamiento de “La Otra Trama”, un espacio de organizaciones de la sociedad civil enfocadas en acciones contra el crimen organizado en la que participa el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA).


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